Las funciones principales incluyen la asistencia a niños, niñas y adolescentes, atendiendo a sus necesidades básicas diarias. También se espera la participación activa en la tarea educativa y en la realización de diversas actividades programadas. Además, será necesario intervenir, en colaboración con el personal educativo, en situaciones conflictivas que puedan surgir y que representen un peligro potencial.
Es fundamental comunicar cualquier incidencia relevante y atender las urgencias que se presenten. Se requiere formación profesional en integración social, o, en su defecto, un grado medio o superior en disciplinas humanas, sociales o de la educación, o contar con la habilitación profesional necesaria para trabajar en centros de menores. Se aceptarán titulaciones universitarias en áreas sociales, educativas, psicológicas o pedagógicas. Buscamos una persona proactiva y dinámica, con recursos para dinamizar actividades de ocio, juegos, deportes, etc., y con dominio de estrategias tanto intelectuales como manuales, siendo un modelo a seguir para los menores.
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