Entre las responsabilidades, se incluyen trabajos de tallado, labrado y corte de piedra natural como granito, arenisca y caliza. Esto se realiza tanto manualmente como con herramientas mecánicas especializadas, como cortadoras, discos y pulidoras. Es importante saber diseñar y ejecutar plantillas basadas en planos técnicos para el despiece y la correcta colocación de las piezas de piedra. También, preparar las superficies de obra, asegurando el nivelado y aplicando morteros y adhesivos específicos.
La colocación de las piedras debe ser precisa, ya sea en fachadas, muros, zócalos, suelos o revestimientos, siempre respetando las juntas, alineaciones y nivelaciones necesarias. Se requiere el uso de maquinaria ligera y pesada para manipular materiales pesados, como polipastos, grúas y carretillas. Además, es fundamental realizar acabados finos, pulir, biselar y sellar juntas con masillas especiales, así como mantener las herramientas y equipos en buen estado. Se deben aplicar rigurosamente las normas de prevención de riesgos laborales, especialmente en la manipulación de cargas, el uso de equipos de protección personal y el trabajo en altura o andamiaje, y también, interpretar planos y esquemas técnicos de montaje.
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